3/3/09

STOP a las Bolsas de Plastico


Su alto impacto ambiental induce a algunos países a reducir su uso, reutilizarlas, sustituirlas por otras biodegradables, cobrarlas o incluso prohibirlas

La bolsa de plástico tradicional podría tener los días contados. En varios países y ciudades del mundo, ya se ha prohibido su distribución. Sus efectos negativos hacen necesarias medidas que asuman tanto las instituciones como las empresas, y por supuesto, los consumidores. Reducir su uso y reutilizarlas siempre que se pueda, sustituirlas por bolsas de varios usos o de materiales biodegradables son algunas de las soluciones que ya se están desarrollando en algunos países.

El impacto medioambiental de las bolsas de plástico es enorme. Además de las grandes cantidades de energía que se precisan para su fabricación, están compuestas de sustancias derivadas del petróleo, que pueden tardar en degradarse más de medio siglo. La gran mayoría acaba siendo desechada sin control, contaminando tanto las ciudades como los ecosistemas naturales. En el mar su impacto puede ser letal para animales como tortugas, ballenas o delfines, que mueren tras ingerirlas. Asimismo, las bolsas serigrafiadas pueden contener residuos metálicos tóxicos.

En Colombia, vemos el impacto a nuestro alrededor. Pueblos y ciudades se encuentran rodeados e incluso las vemos también al viajar por las carreteras de nuestro país.

En España, una empresa esta produciendo bolsas de fécula de patata con un sistema desarrollado por dos compañías del grupo.

En Italia, las empresas Noyamont y Coldiretti han llegado a un acuerdo para implantar un sistema de fabricación de plásticos biodegradables a partir del maíz y del girasol que cubra todo el proceso productivo. Sus responsables asumen que una de bolsas cuesta entre ocho y nueve céntimos de euro, frente a los cinco céntimos de la bolsa tradicional. Pero, se recuerda que el precio bajará al generalizarse su uso, y recuerdan sus ventajas ecológicas.

Cobrarlas y Prohibirlas

En algunos países se plantean medidas más drásticas para frenar su uso. Por ejemplo, en Suecia o Alemania el cobro de las bolsas está generalizado, pero aqui los consumidores están más concienciados y suelen reutilizarlas o emplear bolsas de tela.

En España algunos supermercados tambien cobran las bolsas, pero existe una tradición por parte de la gente de mayor edad que es llevar una pequeña maleta o cesta con ruedas donde introducen todos los productos sin utilizar ningún tipo de bolsa. Un ejemplo para seguir por las nuevas generaciones.

En otros lugares se ha optado por colocar impuestos. Irlanda ha implantado el "plustax", que obliga al pago de quince céntimos de euro por cada bolsa que utilicen los consumidores. En Hong Kong, una tasa medioambiental similar a la irlandesa, obliga a pagar por cada bolsa unos 50 céntimos.

En Colombia no existe actualmente ningún tipo de cobro o prohibición. Mas bien se opta por la recomendación a los consumidores en los supermercados del uso de otro tipo de bolsas, pero hace falta mucho.

Recientemente en la ciudad de Nueva Delhi, India, le ha declarado la guerra a las bolsas de plastico. El gobierno local ha aprobado una normativa para prohibir a las tiendas, hoteles, hospitales y centros comerciales, el uso, distribución y almacenamiento de bolsas de plástico con el objetivo de reducir la acumulación de residuos que generan. Como es de esperar, existen personas a favor y en contra de la norma que indican que no se ofrecen alternativas y que las bolsas de otros materiales son muy caras.


En definitiva, los consumidores son claves en este proceso. Resulta fundamental adoptar costumbres como reducir en lo posible su uso, reutilizar las bolsas llevándolas plegadas para compras inesperadas, y mejor si son de tela, papel o materiales biodegradables. Asimismo, hay otras formas de transportar las compras, como cajas de cartón, cestas o carros.